Únanse a la lucha y no repriman al pueblo
Desde el centro y norte del
Valle del Cauca,
mensaje fariano a quienes defienden
los intereses
de la clase dominante que
hace la guerra contra
el pueblo colombiano
el pueblo colombiano
Compatriotas:
los guerrilleros de las FARC-EP como colombianos que somos, estamos ejerciendo
el legítimo derecho a la oposición armada al Estado, porque es la única vía que
nos han dejado. Nosotros a ustedes no los consideramos nuestros enemigos de
clase, pues nuestros enemigos de clase son el sistema político excluyente,
corrupto, militarista y paramilitar que por años ha sustentado el poder. Que por el hecho de estar ideológicamente en
orillas distintas nos vemos enfrentados en una guerra que lleva ya 50 años, y
que por la terca arrogancia de unos pocos no pareciera tener fin: nosotros como
revolucionarios defendiendo y afianzando una posición política justa en
beneficio de las pobrerías de Colombia, y ustedes como empleados del sistema
defendiendo el capital de los ricos y de las empresas nacionales y
transnacionales mientras sus familias padecen las más agónicas necesidades.
Ustedes,
soldados y policías que por un miserable sueldo se exponen a todo riesgo, viven
en constante temor y zozobra de perder la vida o quedar lisiados defendiendo a
una clase que no le importa en absoluto el sufrimiento de los demás ni muchos
menos del que cae abatido en el campo de batalla. En conclusión, ustedes alimentan
a sus familias con el miedo constante.
Los
invitamos a que desde sus patrullas y cuarteles hagan un alto, libérense por un
momento de los odios infundados y reflexionen, piensen en los pobres de
Colombia, en sus familias, comparen la pobreza de ahora 20 o 30 años a ver si
es diferente o es la misma de hoy en día, y verás que van a entender que la
famosa prosperidad para todos es solo para unas pocas familias que son los
dueños del capital; para la gente pobre, incluidas las familias de ustedes y
nosotros no hay prosperidad. Y mientras existan gobiernos que solo representen
a los capitalistas, nunca existirá esa prosperidad. La verdadera paz con
justicia social llega es cambiando el régimen por un sistema de gobierno democrático participativo y de reconciliación nacional
que brinde garantías a la clase menos favorecida.
Entendemos
que muchos de ustedes están allí prácticamente porque no encuentran otro tipo
de trabajo, porque el gobierno convirtió a las FFAA en una empresa generadora
de empleo. Qué manera más indigna de generar empleo, a sabiendas de que es la
vida la que está de por medio. Piensen que lo que ustedes ganan por exponerse a
un peligro constante no tiene gracia. Ahora comparen el sueldo que ganan los
generales, que desde sus cómodas casas y escritorios no correr el más mínimo
riesgo, pero sí a diario azuzan la guerra, mientras por el otro lado trafican
con armas, drogas, relaciones con bandas de narcotraficantes, etc., y mientras
eso, se aprovechan de ustedes colocándolos como carne de cañón para sobresalir.
Analicen también qué riesgo corre un personaje como el ministro de defensa que,
con una vanidad que no puede con ella, no hace sino aullar exigiendo resultados
y clamando guerra, cuando no le ha tocado vivir ni sentir lo que es la
verdadera crudeza de la guerra; simplemente porque fue un niño que creció
jugando en medio de los cocteles militares, ahora se cree un mariscal de campo.
Pero
ustedes que son los que sufren y soportan el hambre, el cansancio, el frio,
todos los miedos que la confrontación armada conlleva, no son motivo de
preocupación para esa clase dominante que utilizando adoctrinamientos y
palabras halagadoras los colocan en el frente de batalla mientras ellos
engordan sus bolsillos y departen en los brindis y fiestas de alta alcurnia.
Es
tal el descaro y el desprecio, que políticos y empresarios comentan en sus
corrillos que “lo importante es sostener la guerra para que haya estabilidad en
los negocios y transacciones bancarias, que las bajas de soldados y policías se
reponen con gamines de la calle”.
Frente
a todas las injusticias que comete el régimen contra el pueblo donde las
instituciones son usadas para conseguir un beneficio propio e individual, hacemos
un llamado a todos los policías y soldados de bien, que pongan en práctica los
verdaderos principios éticos y morales y no sirvan más a un régimen que solo
los utiliza y convierte en verdugos de su propio pueblo. En la actualidad no
existe orgullo ni honor patrio para pertenecer a un ejército que lo adoctrinan
para golpear, asesinar, agredir a ciudadanos, violar la intimidad de las
personas, desaparecer ciudadanos del común, un ejército que en nada se parece a
lo que proclamo el libertador Simón Bolívar. (“El destino del Ejército es guarnecer la frontera. ¡Dios nos preserve, de
que vuelva sus armas contra los ciudadanos!”)
Es
hora de tomar consciencia y ponerse del lado de la clase a la que pertenecen. No olviden que el destino de Colombia no puede
ser la guerra.
Bloque
de Occidental comandante Alfonso cano
CompañíasVíctor Saavedra, Alonso Cortés
y
Columna Alirio Torres
Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia
- Ejército del Pueblo-
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